¿Existe una relación entre el acné y la dieta?
Resumen:
- El acné es una enfermedad común de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo.
- Aunque el acné se manifiesta principalmente a través de la aparición de granos en la piel, a menudo se subestiman sus efectos psicológicos.
- Aunque la genética, las hormonas y las bacterias son las principales causas, los médicos siguen debatiendo si la dieta desempeña un papel en los brotes de acné.
Desde 1969, los científicos investigan una posible relación entre el chocolate y el acné. ¿Una piel sin imperfecciones requiere realmente una dieta sin chocolate?
El acné es la enfermedad cutánea más común en todo el mundo y afecta a más del 85% de los adolescentes [1]. También puede afectar a los adultos, en los que se distinguen dos tipos de grupos: las personas que desarrollaron acné durante la adolescencia y pueden tener acné persistente y las que lo desarrollan durante la edad adulta, con una prevalencia de mujeres sobre hombres [2]. Aunque las manifestaciones del acné aparecen principalmente en la piel, sus efectos pueden ser mucho más profundos, representando una carga emocional con un impacto psicológico en los pacientes. De hecho, el acné representa una fuente de baja autoestima y vergüenza para muchos adultos jóvenes, lo que provoca ansiedad, miedo, ira y depresión [3]. Esto se ve agravado por la desinformación y los mitos sobre la aparición del acné y cómo debe tratarse.
El objetivo de este artículo es arrojar luz sobre las causas de los brotes de acné y disipar las ideas erróneas populares sobre la enfermedad. También hablaremos de algunos estudios científicos que investigan la correlación entre el acné y la dieta.
El acné se manifiesta principalmente a través de la formación de granos en la piel: nuestra piel tiene poros y glándulas subyacentes que producen una sustancia aceitosa llamada sebo. El sebo suele viajar a través de los folículos para llegar a la superficie de la piel. Sin embargo, cuando se produce un exceso de sebo, los folículos pueden obstruirse, dando lugar a un grano. Estos tapones pueden infectarse por Propionibacterium acnes, una bacteria que contribuye a las infecciones de los granos [4]. Varios factores pueden influir en el brote de acné y en su gravedad: la genética [5], el estrés [6], las hormonas [7], el tabaco [8] o la sudoración excesiva. Los cambios hormonales que se producen durante la adolescencia y el ciclo menstrual influyen en la producción de sebo de las glándulas cutáneas y, por tanto, pueden afectar a los brotes de acné [9]. También se ha demostrado que los cosméticos y el maquillaje influyen en la obstrucción de los poros de la piel [10]. Los médicos también sospechan desde hace tiempo que la dieta desempeña un papel en el desarrollo de esta afección.
En un estudio reciente participaron 24.000 personas repartidas entre las que declararon tener acné en el momento del estudio, haber tenido acné en el pasado o no tener antecedentes de acné [11]. Los resultados mostraron una correlación significativa entre el acné y el consumo de productos grasos y azucarados, bebidas azucaradas y leche, mientras que no se encontró ninguna asociación con el consumo de carne, verduras, fruta o chocolate negro. Una explicación plausible sería que los alimentos de alto índice glucémico pueden elevar los niveles de insulina en sangre, lo que, como consecuencia, estimularía las hormonas que pueden aumentar la producción de sebo y contribuir al acné. En otro estudio realizado en 47.000 enfermeras, los científicos hallaron una correlación positiva con algunos alimentos lácteos (por ejemplo, el queso fresco, bebidas instantáneas para el desayuno y el requesón), mientras que no se observó ninguna asociación significativa con las patatas fritas, los dulces de chocolate o la pizza [12]. La asociación observada con algunos productos lácteos podría estar relacionada con el contenido de leche, que se sabe que contiene hormonas que también aumentan la producción de sebo. En consecuencia, otro estudio realizado con 65 participantes no mostró ninguna asociación entre el consumo de barritas de chocolate sin componente lácteo y el acné [13]. Por tanto, la correlación percibida con los productos comerciales de chocolate puede estar confundida por la presencia de leche.
Aunque la investigación ha avanzado considerablemente en los últimos años, sigue habiendo mucho debate sobre la correlación entre el acné y determinados alimentos. La mayoría de los estudios se basan en registros dietéticos y sólo pueden detectar correlación, pero no causalidad, lo que significa que dichos estudios no pueden demostrar que unos hábitos dietéticos concretos causen acné en adultos. Otros factores denominados «factores de confusión» contribuyen a la confusión respecto a la correlación entre la dieta y el acné: las personas que declaran tener acné actualmente y consumir más leche, también podrían vivir en zonas con altos niveles de contaminación, lo que introduce estrés oxidativo y puede, por tanto, dañar la piel [14].
En conclusión, el acné puede afectar tanto a adolescentes como a adultos y a menudo representa una carga emocional para el paciente. Como enfermedad multifactorial, el acné puede tener diversas causas y los investigadores siguen estudiando la posible contribución de la dieta a su aparición. Los estudios que investigan este aspecto específico son encuestas y, como tales, pueden poner de manifiesto la correlación, pero no probar la causalidad de tipos de alimentos específicos y brotes de acné. Es importante destacar que cada caso debe tratarse de forma individual y que los pacientes deben confiar en los médicos para tratar su afección.
Referencias:
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