Salud y Medicina (Health and Medicine ES)
¿Cómo afectan las redes sociales a nuestra salud mental?

¿Cómo afectan las redes sociales a nuestra salud mental?

Resumen:

  • Las redes sociales se han convertido en una parte fundamental de nuestras vidas. 
  • Recientemente, los investigadores se han preocupado por el posible impacto negativo de las redes sociales en la salud mental.
  • Estudios científicos han demostrado los efectos negativos que las redes sociales pueden tener en la capacidad de atención, los procesos cognitivos y los patrones de sueño.
  • Las estrategias de mitigación, como la limitación del tiempo de pantalla y las desintoxicaciones digitales, pueden ayudar a reducir los efectos negativos de las redes sociales.

En la última década, las plataformas de redes sociales han revolucionado la forma en que las personas se comunican. Con miles de millones de usuarios en todo el mundo, estas plataformas se han convertido en una parte relevante de nuestras vidas diarias. Sin embargo, junto con sus beneficios, existe una creciente preocupación acerca de los efectos que las redes sociales pueden causar en nuestra salud mental. En este artículo, exploraremos las formas en que las redes sociales pueden afectarnos y discutiremos los hallazgos de varios estudios relevantes sobre el tema. 

Se ha demostrado que las redes sociales tienen varios efectos positivos en el bienestar humano. Uno de estos efectos es una mayor conexión interpersonal. Un estudio mostró que el uso activo en redes sociales (por ejemplo, actualizaciones de estado, compartir enlaces o enviar mensajes privados en Facebook) aumenta los sentimientos de conexión social y reduce la soledad [1]. Estas plataformas facilitan el mantenimiento de relaciones sociales, fomentando un sentido de pertenencia, apoyo y comunidad.

Además, las redes sociales contribuyen a la difusión de información: pueden proporcionar un medio eficiente para mantenerse al día sobre noticias, eventos y tendencias recientes. También se pueden utilizar como canales de expresión creativa. En plataformas como Instagram, YouTube y TikTok, los artistas pueden mostrar su trabajo a una audiencia global: de esta manera, estas plataformas han dado lugar a una nueva generación de creadores de contenido, fomentando la autoexpresión y la creación de una marca personal.

Sin embargo, también es necesario considerar el otro lado de la moneda. Estudios han encontrado que el uso de las redes sociales conduce a la liberación de dopamina, un neurotransmisor involucrado en el sistema de recompensa del cerebro. La dopamina está asociada con el placer derivado de actividades como comer, hacer ejercicio o participar en actividades sociales. Las redes sociales desencadenan su liberación al proporcionar retroalimentación en forma de «me gusta» y comentarios. Sin embargo, la estimulación constante de la dopamina puede llevar a comportamientos relacionados con la adicción y, en última instancia, tener efectos negativos en la salud mental [2].

Otra forma en que las redes sociales pueden afectar el cerebro es a través de su impacto en la atención y los procesos cognitivos. Estudios científicos han demostrado que las personas que utilizan regularmente las redes sociales tienen una menor capacidad de atención que las que no lo hacen. Esto se debe a que las redes sociales fomentan la multitarea (el famoso “multitasking”) y las personas a menudo cambian de una plataforma a otra o navegan por las redes sociales mientras realizan otras actividades (como ver televisión o estudiar). La multitarea puede disminuir la productividad y aumentar los niveles de estrés, lo que puede llevar a la ansiedad, la depresión y, en general, afectar el bienestar psicológico [3].

En definitiva, las redes sociales también pueden afectar la salud mental. Un estudio basado en cuestionarios realizado a 1787 adultos jóvenes por la Real Sociedad de Salud Pública encontró que las redes sociales pueden tener consecuencias negativas en nuestras mentes, como ansiedad, depresión y trastornos del sueño [4]. Las personas que utilizan las redes sociales tienen más probabilidades de comparar sus vidas con las de los demás, lo que puede llevar a sentimientos de insuficiencia y baja autoestima. Esto puede ser especialmente perjudicial para los adolescentes, que aún están desarrollando su identidad. Un estudio de 2018 encontró que la exposición a las redes sociales se asociaba con una menor satisfacción corporal y autoestima en mujeres jóvenes. Los medios de comunicación siempre han presentado imágenes idealizadas e irreales de belleza y éxito, y este problema se ve agravado por las redes sociales ya que se accede a ellas fácilmente y de forma prácticamente diaria [5].

Además, las redes sociales también pueden dar lugar al fenómeno conocido como FOMO, (acrónimo para la expresión original en inglés “Fear of missing out”) traducido literalmente como el «miedo a perderse algo». Esto se asocia comúnmente con el miedo a ser excluido de reuniones sociales y de quedarse fuera de experiencias o modas. El FOMO a menudo se manifiesta en el deseo de estar constantemente conectado a las redes sociales para no perderse nada importante. Este miedo puede causar ansiedad y estrés, aumentando el riesgo de problemas de salud mental y afectando las funciones cognitivas [6].

En conclusión, aunque las redes sociales pueden ser beneficiosas para la comunicación, la mayor conexión y el acceso a mayor información, es importante ser consciente de su impacto potencial en los niveles de dopamina, la capacidad de atención, los procesos cognitivos y  la autoestima. No obstante, se pueden adoptar varias estrategias para mitigar el impacto negativo de las redes sociales en el cerebro, como por ejemplo establecer límites en el tiempo de pantalla, asignar períodos específicos para entrar en las redes sociales y practicar «desintoxicaciones digitales» para desconectarse intencionalmente o tomar un descanso de las redes sociales. Solo para citar un ejemplo de cómo limitar el uso de las redes sociales puede ser beneficioso para nuestra salud mental, un estudio de 2019 demostró que abstenerse de usar las redes sociales durante una semana conduce a una mejora sustancial en el bienestar, la satisfacción con la vida, la comparación social y la autoestima [8].

Como se dice popularmente en el término medio está la virtud y uno debe encontrar el equilibrio adecuado en el uso de las redes sociales, aprovechando al máximo sus aspectos positivos mientras se limitan sus desventajas.

Referencias:

  1. Verduyn, P. Do social network sites enhance or undermine subjective well-being? A critical review. Social Issues and Policy Review, Vol. 11, No. 1, 2017, pp. 274–302
  2. Burhan R and Moradzadeh J, Neurotransmitter Dopamine (DA) and its Role in the Development of Social Media Addiction. J Neurol Neurophy, 2020, 11(7), 01-02
  3. Rad, N. and Hassan, T. (2017) Surveying the Relationship between Psychological Disorders and Spending Time on Facebook. Social Networking6, 197-205. doi: 10.4236/sn.2017.62012.
  4. Berryman, C., Ferguson, C.J. & Negy, C. Social Media Use and Mental Health among Young Adults. Psychiatr Q 89, 307–314 (2018). https://doi.org/10.1007/s11126-017-9535-6
  5. Fardouly, J., Willburger, B. K., & Vartanian, L. R. (2018). Instagram use and young women’s body image concerns and self-objectification: Testing mediational pathways. New Media & Society20(4), 1380–1395.
  6. Przybylski, K., Motivational, emotional, and behavioural correlates of fear of missing out. Computers in Human Behavior, Volume 29, Issue 4, 2013.
  7. Hale L, Guan S. Screen time and sleep among school-aged children and adolescents: a systematic literature review. Sleep Med Rev. 2015 Jun;21:50-8. 
  8. Baek, E. C. The Impact of a Digital Detox on Well-being: A Pilot Study.  2019. Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, 22(5), 324-330.