La Ciencia Entre Bastidores (Science Backstage ES)
Correcciones y retractaciones en el mundo académico

Correcciones y retractaciones en el mundo académico

Resumen:

  • Los científicos pueden corregir y retractarse de sus trabajos por diversas razones de peso, no sólo por mala conducta científica.
  • Existe un enorme estigma asociado a la modificación de la literatura publicada. 
  • Esto se ve exacerbado por el acoso de los denunciantes, una burocracia ineficiente y una falta general de incentivos por parte de las instituciones y revistas científicas.
  • Sin embargo, la corrección es una parte normal del proceso científico y no la excepción.

En un artículo anterior, tratamos el método científico y cómo los científicos aprenden nueva información, que es compartida a través de publicaciones en revistas científicas como Science y Nature, entre otras. Entonces, se puede suponer que cuando se publica un artículo, éste se somete a un proceso de verificación infalible. Sin embargo, los científicos no son más inmunes que cualquier otra persona a cometer errores o cambiar sus opiniones en función de nuevos hallazgos. Por desgracia, corregir la literatura científica, o incluso retractarse de ella por razones que no tienen nada que ver con una mala conducta, puede ser un proceso lento y a veces angustioso para todos los implicados [1]. Este artículo es una breve introducción al modo en que pueden modificarse los artículos científicos tras su publicación y al estigma que conlleva en el mundo académico.

En primer lugar, es importante señalar que la ciencia se «autocorrige». Tradicionalmente, esto significaba que los científicos asumían la responsabilidad de evaluarse críticamente y corregirse unos a otros, a través de medios como las notas de preocupación publicadas sobre un artículo determinado [2]. La revisión por pares, es decir, la evaluación de un artículo por un grupo de revisores antes de su publicación, forma parte de la comunicación científica desde hace más de 300 años [3]. Además, la confianza entre los científicos es profunda, ya que es imposible supervisar o repetir individualmente la plétora de experimentos que se realizan a diario en todo el mundo. Como resume la revista Nature, «si los investigadores y editores no pueden asumir con seguridad […] que los resultados científicos son esencialmente ciertos tal y como se comunican, entonces el avance de la ciencia está en serios problemas» [4]. Sin embargo, la mentalidad de «inocente hasta que se demuestre lo contrario» dista mucho de ser infalible, como demuestran las correcciones, retractaciones y casos de mala conducta que se producen cada mes [5].

Se publica una corrección cuando se ha encontrado un error importante, pero que no desvirtúa las afirmaciones centrales del artículo o sus resultados. De este modo, se alerta a otros científicos de errores que pueden repercutir en su propia investigación. En cambio, una retractación se produce cuando un error socava los conceptos centrales del artículo sin intención de inducir a error [4,6,7]. Por lo tanto, el artículo podría seguir conteniendo cifras y datos válidos, pero los errores significan que el razonamiento del artículo en su conjunto es incorrecto. Por ejemplo, Jaivime Evaristo escribió sobre su experiencia de retractarse de su propio artículo en Nature porque las métricas del artículo, basadas en estudios anteriores en el mismo campo, producían errores consecuentes en sus datos [8]. Las retractaciones son, por tanto, diferentes de la mala conducta, que puede definirse como «falsificación, fabricación y plagio» [9] con la intención de engañar [6], aunque en este caso el artículo también sería retractado de la revista.

En teoría, la naturaleza «autocorrectiva» de la ciencia y la integridad científica deberían incentivar la aplicación de modificaciones posteriores a la publicación. En la práctica, el clima científico actual crea pocos incentivos para hacerlo. La escasez de personal en los centros de ética e integridad científica, el miedo a manchar su reputación y las posibles batallas legales tantos recursos consumen, son razones por las que las universidades y las revistas pueden ignorar o mantener en secreto las acusaciones de mala conducta y las retractaciones [1,10,11]. Del mismo modo, el número de artículos y las calificaciones de las revistas son las medidas más comunes del éxito científico, lo que ejerce una presión adicional sobre el proceso de publicación [12]. En la era digital, también existe un nivel sin precedentes de escrutinio público fuera de la comunidad científica y hay sitios web dedicados a promover la concienciación sobre los cambios posteriores a la publicación [1]. Sin embargo, en conjunto, esta mayor sensibilidad en torno al tema hace que a los científicos les resulte difícil luchar contra la idea errónea de que la retractación siempre significa mala conducta [1,10].

Además, las acciones legales, la difamación o incluso el daño físico son medidas disuasorias habituales contra los científicos críticos [2] y se han puesto de relieve recientemente en el contexto de la pandemia de COVID-19 [13], por ejemplo en relación con una publicación sobre el fármaco hidroxicloroquina como opción de tratamiento eficaz (véanse las referencias para conocer la historia completa) [14,15]. Esto es especialmente grave en el caso de los científicos noveles, que reciben poca o ninguna protección contra el descarrilamiento de su carrera en el mundo académico o la amenaza a su seguridad laboral [1,11]. Por tanto, no es de extrañar que PubPeer, un foro de debate para artículos después de su publicación («revisión por pares posterior a la publicación»), cambiara su política en 2013 para permitir el anonimato de los usuarios [16,17].

Por último, el proceso posterior a la publicación no es lo suficientemente rápido para la era moderna. Aunque un error puede detectarse en cuestión de horas después de la publicación, incluso las correcciones iniciadas por los autores del artículo pueden requerir un arduo esfuerzo para llevarse a cabo, incluyendo meses de correspondencia entre la revista, los autores y los críticos [2,18]. En el caso de los autores Steve Haroz y Robert Kosara, su propuesta de corregir una errata y una frase mal redactada fue rechazada inicialmente por la destacada revista tecnológica IEEE tras casi cuatro meses de correspondencia, pero finalmente fue aceptada un mes después [18]. A partir de entonces, la escasa normalización hace que las notificaciones de cambios de publicación no estén claramente acreditadas a su artículo asociado, lo que lleva a casos de artículos retractados que se citan continuamente [2,10]. Además, las directrices y normas para correcciones, retractaciones y casos de mala conducta no están normalizadas ni son universales [1,10]. Esto conduce a los problemas cíclicos de a quién dirigirse para iniciar el proceso y cuál es el nivel de responsabilidad que se espera de cada parte implicada, desde las universidades hasta los organismos gubernamentales [1].

En conclusión, actualmente existe un círculo vicioso en el que las correcciones se consideran fallos excepcionales y no una parte normal del proceso científico [2]. A modo de breve introducción al tema, en este artículo se ha explicado la diferencia entre correcciones, retractaciones y faltas de ética, y se han descrito las dificultades a las que pueden enfrentarse los científicos cuando intentan enmendar sus artículos tras su publicación.

Referencias:

  1. Why are journals so slow at corrections and retractions? https://www.statnews.com/2023/01/10/corrections-retractions-journals/.
  2. Besançon, L., Bik, E., Heathers, J. & Meyerowitz-Katz, G. Correction of scientific literature: Too little, too late! PLoS Biology. 20, (2022).
  3. What is peer review? Elsevier. Retrieved on 16.04.2023 from https://www.elsevier.com/reviewers/what-is-peer-review.
  4. Correction or retraction? Nature 2006 4447116 444, 123–124 (2006).
  5. Pulverer, B. When things go wrong: correcting the scientific record. EMBO J. 34, 2483–2485 (2015).
  6. Paper Retraction: Meaning and Main Reasons. Elsevier Author Services. Retrieved on 16.04.2023 from https://scientific-publishing.webshop.elsevier.com/research-process/paper-retraction-meaning-and-main-reasons/.
  7. Oransky, I. Why write a blog about retractions? Retraction Watch. Retrieved on 16.04.2023 from https://retractionwatch.com/2010/08/03/why-write-a-blog-about-retractions/ (2010).
  8. Evaristo, J. Retracting my paper was painful. But it helped me grow as a scientist. Science. Retrieved on 06.05.2023 from https://www.science.org/content/article/retracting-my-paper-was-painful-it-helped-me-grow-scientist (2023).
  9. What is research misconduct? Imperial College London. Retrieved on 16.04.2023 from https://www.imperial.ac.uk/research-and-innovation/research-office/research-governance-and-integrity/research-integrity/what-is-research-integrity/what-is-research-misconduct/.
  10. Van Noorden, R. Science publishing: The trouble with retractions. Nature 478, 26–28 (2011).
  11. Misconduct? It’s all academic… Nature 445, 240–241 (2007).
  12. Rawat, S. & Meena, S. Publish or perish: Where are we heading? Journal of Research in Medical Science 19(2), 87-9 (2014).
  13. Nogrady, B. ‘I hope you die’: how the COVID pandemic unleashed attacks on scientists. Nature 598, 250–253 (2021).
  14. Else, H. Scientific image sleuth faces legal action for criticizing research papers. Nature 594, 17–18 (2021).
  15. Kincaid, E. PLOS flags nearly 50 papers by controversial French COVID researcher for ethics concerns. Retraction Watch. Retrieved on 16.04.2023 from https://retractionwatch.com/2022/12/13/plos-flags-nearly-50-papers-by-controversial-french-covid-researcher-for-ethics-concerns/ (2022).
  16. Ortega, J. L. Classification and analysis of PubPeer comments: How a web journal club is used. Journal of the Association for Information Science and Technology 73, 655–670 (2022).
  17. About PubPeer. PubPeer. Retrieved on 16.04.2023 from https://pubpeer.com/static/about.
  18. Hullman, J. Update on IEEE’s refusal to issue corrections. Statistical Modeling, Causal Inference, and Social Science. Retrieved on 16.04.2023 from https://statmodeling.stat.columbia.edu/2020/12/23/update-on-ieees-refusal-to-issue-corrections/ (2020).