El repertorio del escéptico: eufemismos y palabras trampa
Resumen:
- Existen numerosas estratagemas discursivas que pueden utilizarse para influir en las opiniones y manipular el mensaje.
- Los eufemismos son sustitutos del lenguaje potencialmente ofensivo o molesto.
- Las palabras trampa son términos cuyo objetivo es ser ambiguas y evitar el verdadero significado.
- Tanto los eufemismos como las palabras trampa se utilizan para ocultar la realidad, pero las intenciones de los hablantes son diferentes.
Esta serie de artículos analiza las falacias lógicas (falacias), estratagemas y trucos lingüísticos más comunes. Su objetivo es informar al lector escéptico sobre cómo detectarlas, evitarlas y no ser víctima de la manipulación. Este artículo aborda el uso de eufemismos y palabras trampa, que son especialmente comunes en el discurso político, el marketing comercial, el lenguaje corporativo, la corrección política y muchos otros campos.
Los eufemismos son palabras o frases que sustituyen a términos más directos o potencialmente ofensivos. Se emplean para transmitir un significado o concepto concreto de una manera más suave y socialmente aceptable. Aparte de la comprensión general de los eufemismos, también puede decirse que sirven para varios fines individuales, entre ellos los siguientes:
- cortesía o adaptación a las normas culturales: decir personas mayores en lugar de ancianos o invidentes/personas con problemas visuales en lugar de ciegos;
- sensibilidad o evitación de tabúes culturales: falleció en lugar de murió o entretenimiento para adultos en lugar de pornografía;
- comunicación empresarial y evitación del lenguaje personal: su contrato ha sido rescindido en vez de usted está despedido o seminuevo en vez de segunda mano.
Las palabras trampa o también llamadas “palabras comadreja”, por su parte, son palabras o frases intencionalmente vagas o engañosas, que suelen utilizarse para crear cierta impresión sin aportar realmente ninguna información sustancial. Esta forma de lenguaje se emplea en varios campos que se benefician potencialmente de la ambigüedad y la comunicación poco clara, por ejemplo:
- business & marketing: recomendados por expertos: ¿quiénes son y por qué son expertos? O un producto/marca premium – pero ¿qué significa «premium» y en qué se diferencia exactamente?
- política: se están haciendo esfuerzos – un compromiso poco claro o lamentamos algo – una no-disculpa;
- periodismo: supuestamente – frase utilizada para hacer afirmaciones no verificadas; el uso del hipotético podría para indicar un resultado, como en el nuevo proyecto de ley podría aumentar los impuestos;
- ciencia: algunos estudios sugieren – implica que hay estudios que apoyan la afirmación, pero no especifica la calidad ni la cantidad; el uso de un lenguaje vago como en los científicos especulan o puede haber una correlación entre X & Y.
Teniendo en cuenta estos ejemplos, puede resultar tentador preguntarse cuál es realmente la diferencia entre eufemismos y palabras trampa. Al fin y al cabo, ambas son herramientas lingüísticas utilizadas para manipular el lenguaje y difuminar el significado. Sin embargo, difieren en sus objetivos específicos y, lo que es más importante, en sus intenciones. Mientras que las palabras trampa pretenden destruir la claridad y eludir la responsabilidad, los eufemismos no son más que términos más suaves y normalmente más aceptables socialmente.
De hecho, los eufemismos pueden utilizarse como palabras trampa o “comadreja” y viceversa. Si un presentador de televisión utiliza el término abuso infantil, el objetivo de usar este eufemismo es no molestar al público más joven que ve el programa. El Diccionario Longman de Inglés Contemporáneo define el sustantivo abuso como «trato cruel y violento», que es una definición vaga y deja lugar a especulación [1]. Sin embargo, si el autor del delito utiliza el mismo término en una declaración pública, se trata de un intento de eludir la responsabilidad por el acto real, que suele ser la violación y tortura sistemáticas de uno o varios niños.
Del mismo modo, muchas otras frases pueden considerarse eufemismos o palabras trampa según el contexto y las intenciones. Algunos ejemplos son daños colaterales (víctimas civiles), contenido para adultos (violencia/pornografía), interrogatorio físico (tortura), estar disponible (desempleado), reeducación (encarcelamiento político) o luchadores por la libertad (terroristas).
Ser capaz de detectar el lenguaje manipulador es una habilidad esencial en la era de la información, en la que las fuerzas políticas, las empresas de comunicación y las agencias de relaciones públicas emplean a asesores de prensa y manipuladores de contenidos para controlar el lenguaje que describe nuestra realidad. Los eufemismos suelen utilizarse para adaptar la comunicación a públicos sensibles, mientras que las palabras trampa o “comadreja” son un medio para ocultar hechos y eludir responsabilidades. Cuando un lector informado y escéptico detecta una frase sospechosa o poco clara, hará bien en hacer una pausa y tratar de averiguar la intención subyacente.
Referencias:
- Abuse. Retrieved on 29.10.2023 from https://www.ldoceonline.com/dictionary/abuse.